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Lugares de la Nada

Harold Maridueña

Harold Maridueña es un artista visual ecuatoriano, su proceso se enfoca mediante toda una construcción referencial de los cómics que ha consumido, esencialmente de género Noir, dispersando sus preocupaciones e intereses por diferentes factores que se generan en estos medios, develando la estructura de las viñetas que selecciona, y usando la mirada escondida como un estudio de escenarios.

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El inicio de este proceso se relaciona al peculiar modo en que se procesan los paneles de cada viñeta, moldeándolos a la simulación de un espacio saturado con un destacado tono negro, o colores predominantes, sin perder detalles que nos acerque a un escenario verosímil. Dicha simulación de los hechos lo ha llevado a un estremecimiento, ya que al analizar de nueva cuenta un espacio del mundo real no lo satisface al afrontar su naturalidad.

“La vida es un gran baile y el mundo su salón”- Fragmento de la canción el Baile y el Salón de Café Tacuba

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Una introducción al psico-espacio según Maridueña


En el interior de los perceptos de cierta nueva arquitectura contemporánea, se concibe que una casa no es más que un pedacito de aire atrapado en cuatro paredes, así mismo, en el interior de los perceptos de cierta nueva pintura contemporánea, se hace inminente el estudio del espacio a partir de la reflexión sostenida bajo los parámetros cada vez más afables del lugar interpelado a
través de la memoria, el contexto y todo ese andamiaje afectivo que le circunda.


En el interior de los perceptos de ciertas nuevas teorías filosóficas propias, sobre todo de la filosofía pos-estructuralista, se concibe al espacio como esos no lugares hegemónicos (aeropuertos, centros comerciales, cabinas de teléfono, etc.) que se apoderan del lugar emblemático para chuparle su retentiva histórica y neutralizarlo bajo las tónicas de un solo y unificador estilo internacional.
Acudiendo a los archivos de la memoria, y dentro de la historia del arte el Enviroment estudiado como ese movimiento artístico que se apodera creativamente del espacio bajo los términos de reproducción exacta de un lugar o zona ya existente (con sus dimensiones reales), cobra vital importancia para este análisis hermenéutico, ya que en su interés por adueñarse del espacio consigue envolver al espectador, el cual deja de ser tal, para ser participe adosándole además en este propósito, una carga y un clima psicológico.


Es cuando el valor de la psicodelia (tamizada por esa tendencia artística de los 60tas) hace su aporte bajo un amplio desarrollo de ambientes cuyo principal coste es introducir a su público a un estado anímico psíquico, en donde la expansión del espacio (recordemos a los minimalistas que aspiraban a la ocupación total del espacio bajo el percepto de las dimensiones gigantes) se transporta a un interés originario por la extensión de la conciencia psíquica y el poder en que esta se ampara bajo las consignas propias de la práctica artística y sus haberes conceptuales.


Y es que el tema de la pintura en su más pura concepción, es un tema de espacio, (como lleno el espacio en blanco del lienzo), por tanto, el espacio le es inherente al mismo acto de pintar en el cual el artista tiene el deber de repensar la expansión y extensión de su obra en relación a ese espacio real con el cual está tratando, de tal forma que la instauración de la realidad superpuesta sobre
la situación espacial del lienzo, son sin lugar a dudas un valioso tema a tratar en las dinámicas actuales del arte contemporáneo.
Y es que efectivamente arquitectura, clima, lugar - no lugar, envoltura, psicología, son las palabras claves propuestas por este ensayo crítico, para asumir de manera holística una introducción al trabajo del artista Harold Maridueña, quien en proyectos como: the Kato show, configura todo un panorama desolador cobijado en la frialdad geométrica de una arquitectura glacial, en donde el paisaje citadino formato Sin City, hace de las suyas trazando en esos largas líneas horizontales (a veces en perspectiva, a veces no tanto) un
efecto de amplitud árida que contamina toda la imagen del cuadro, bajo eso que podríamos denominar como un encanto de cuando; no pasa nada, porque nunca nada ha pasado.


Es entonces, cuando la nada hace su arribo, esa nada metafísica, la que no permite el espacio vacío, puesto que una cosa es el espacio vacío, el cual puede ser rellenado con algo y otra cosa es el espacio de la nada, la nada vista como ese agujero negro que se infiltra sobre dicho espacio para absorberlo todo, para aniquilarlo todo, para anularlo todo.


Evoquemos además que el artista en su intento de envolver al espectador en un clima desolador, semejante al del solitario citadino de la gran metrópoli, elimina personajes que no le significan nada en el interior de su programa estético, eso a su vez hace que el clima psicológico del lugar potencializado con una iluminación absolutamente artificial hermanada bajo la luz nocturna de neón propia de las grandes publicidades que aún cuando no asoman en su obra, ambientan ese neo-paisaje-costumbrista 2.0, lo cual sin lugar a duda configura en la palestra crítica de este estudio, un universo peculiarmente semejante a las épicas operas abducidas con la majestuosidad de la música barroca de Bach, de Vivaldi, de Monteverdi, etc. Y que, conjugado sobre un espectro más actual propio de ese aire netamente urbano, viabilizado por el skateboarding, o video juegos como el psycho-pass, que reafirman a la ciudad distopía como el paradigma de la realidad de una decadente ciudad actual cualesquiera.


Y es que, en Harold Maridueña, eso que el común de los mortales, podría denominar como espacio, pero que, para motivos gnoseológicos de acercamiento a su pensamiento estético, aquí llamamos: atmósfera, enviroment, clima, ambientes, etc. Son rescatados de las viñetas de los diversos comics que el artista ha consumido durante su vida.
 

Camino hacia una estética neo-noir
 

Efectivamente el lugar de donde nacen estos espacios, son lugares con memoria, lugares donde anteriormente algo paso, así sea mínimo, pero que fueron absorbidos, o están en el proceso de absorción por esa nada que lo devora todo, que lo vacía todo, porque son lugares sacados de las viñetas, pero no de cualquier viñeta, sino de las del gusto del artista, esos espacios de tendencia noir, extraídos tanto de la literatura como del cine negro de los años veinte y treinta, (con influencias del Pulp y los denominados comic book). En donde Harold Maridueña se apodera y empodera del lugar (no-lugar) en una suerte de congelamiento del tiempo, apropiándose de ese frame, de esa viñeta como un intento desesperado de parar el tiempo, de detenerlo, en su máxima expresión (mínima curvatura) para intentar mostrarnos la desolación que subsiste una vez el mundo entero (ya esta vez, el real no solo el de la ficción) ha absorbido la amargura de un estilo neo-noir bajo la complicidad de los modelos visiblemente crueles de desigualdad maquiavélica en regímenes autócratas (disfrazados de demócratas) contemporáneos que acentúan la visión pesimista del autor.
Y es que el nihilismo delirante, subyacente como la última capa de veladura no solo de su pensamiento sino de su pintura, en donde el personaje como elemento principal es desplazado o literalmente eliminado de la viñeta(obra) y en una forma de compensar ese silencio, Maridueña hace que sobrevivan en ese ambiente envolvente, ya sea como espíritus que divagan indefinidamente los arquetipos del noir pudiendo ser espíritus de infamia, ignominia, perversidad, de cinismo de insolencia o de crueldad (tal cual el ejemplo del humano siglo 21) pero amplificado a través de onomatopeyas que imprimen un ritmo frenético y extenuante aún cuando el ser humano, tal como lo dijimos fue ya absorbido por esa nada que lo hace desaparecer, dejando aún y por cierto tiempo un brío de carga melancólica y pesimista de un mundo ya sin humanos pero aún lleno de sus maquiavélicos deseos intactos.


Finalmente, lo que Maridueña se convertiría es en un artista nihilista capturador delirante de atmósferas de esos mismos anhelos que él no puede concebir para sí en un mundo distópico entregado a una crisis eterna.

 

 

Hernán Pacurucu C.
CURADOR DE OFF ARTE CONTEMPORANEO
CURADOR DE BIENAL NOMADE
DIRECTOR ACADÉMICO
DEL CONGRESO INTERNACIONAL DE TEORÍA,
FILOSOFÍA, Y CRÍTICA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO

OBRAS:

Kato y el arma silenciosa acrílico sobre lona. 30x60 cm. 2022.JPG

Kato y el arma silenciosa acrílico sobre lona. 30x60 cm. 2022

Speak of the devil acrílico sobre lona. 30x25cm.
2022.

Speak of the devil acrílico sobre lona. 30x25cm. 2022.jpg
La zona que crea el miedo acrílico sobre lona. 80x100cm.2022.jpg

La zona que crea el miedo acrílico sobre lona. 80x100cm.
2022

En el interior del hielo acrílico sobre lona. 60x80 cm. 2022.

En el interior del hielo acrílico sobre lona. 60x80 cm. 2022.jpg
Crosshairs acrílico sobre lona. 100x80cm. 2022.jpg

Crosshairs
acrílico sobre lona. 100x80cm.
2022.

Dos tiempos y un personaje de impacto
acrílico sobre lona. 30x40cm. 2022.

Dos tiempos y un personaje de impacto acrílico sobre lona. 30x40cm. 2022.jpg
Anfitriones acrílico sobre lona. 80x100cm. 2022.jpg

Anfitriones
acrílico sobre lona. 80x100cm.
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