Nicolás Herrera

Cuenta el artista que cuando niño vivió en el campo en medio de trigales y maizales donde él solía camuflarse con una manta para intentar atrapar alguna de las aves. Recuerdos de ese pasado mítico de felicidad que gracias a su creatividad hoy se convierte en el dispositivo creacional el cual amamantado por la conciencia y tamizado por la vía del arte nos permiten apreciar esos diálogos visuales que afloran en el análisis crítico de todo su trabajo. 

En la mente creativa de Nicolás Herrera, con ese bagaje de conocimiento estético hace de una experiencia de vida un tema de discusión artística, que nos puede llevar a la configuración de este universo exuberante lleno de vida, pero de otra vida en donde el ser humano subsiste como uno más de los seres que se entiende cohabitan este planeta, y en donde los pájaros no son los únicos habitantes, solo son la metáfora de la vida misma, y es que tal como en los páramos, en las selvas más espesas o en cualquier entorno virgen lo único visible a simple vista son las aves pero sobre todo se evidencian en su sonido, entonces para interpretar lo que Nicolás Herrera nos quiere transmitir en esta serie, diríamos que engalanan otra vez el mundo de manera espontánea, en ello que hemos llamado ''El tiempo del ave, en la ciudad de los pájaros'' 

Visto así, el tiempo del ave, afianzado como tiempo de la paz, tiempo en el que el maestro Nicolás Herrera propone hacer una pausa al frenesí propio de las dinámicas y las velocidades con las que se fundan en el tiempo actual, para en este tiempo del ave adquirir esa inmensa calma y alegría que producen sus obras en vías a que su ciudad de los pájaros, se funde ya no solo bajo la filosofía estética del análisis crítico del arte, sino como consecuencia pragmática decantada en el ejercicio de la realidad.